El riesgo es inherente a toda actividad empresarial. Ser capaces de comprenderlo e identificarlo es fundamental para que las empresas gestionen las amenazas, pero también las oportunidades que puedan suponer para la consecución de sus objetivos empresariales.

Las empresas deben tratar de gestionar su riesgo, identificando las contingencias que puedan afectarle, analizándolas, y evaluando después si el riesgo se debería modificar tomando las medidas oportunas que lleven a unos niveles / criterios de riesgo aceptables.

Aunque la práctica de la gestión del riesgo se ha desarrollado desde hace tiempo en ciertos sectores con objeto de satisfacer diversas necesidades concretas, la adopción de procesos de gestión de riesgos basados en sistemas normalizados y partiendo de una planificación, es relativamente reciente y puede contribuir a asegurar que el riesgo se gestione de una manera eficaz, eficiente y coherente en el seno de un mayor número de empresas y sectores. Más información