El proyecto de real decreto de conexión de redes de baja potencia
sustituye, entre otras, a la norma del año 2000 que regulaba la conexión
de las instalaciones fotovoltaicas a la red de baja tensión. Establece
un procedimiento más ágil para instalaciones de pequeña potencia, por
debajo de 10 KV; desarrolla el concepto de "generación distribuida" (una
variante del "yo me lo guiso...") en materia de generación de energía, y
elimina trámites burocráticos.