La alarmante crisis climática se hace cada vez más presente en todo el mundo y se ve agravada por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero o el incremento de la temperatura global, que desencadenan devastadoras repercusiones que ponen en riesgo a un gran número de la población.
En este contexto, la ONU responsabiliza directamente del agravamiento de la situación al G20 por no llevar a la acción lo que firmó en la agenda 2030 y por no poner en marcha las medidas necesarias para revertir esta situación. Esto ha creado que la movilización mundial en contra del calentamiento global haya tenido una gran desmotivación, provocando así consecuencias ambientales y riesgosas para el futuro.