Después de dos accidentes fatales, las aeronaves pertenecientes a la familia MAX se encontraban en tierra desde marzo de 2019. Con el fin de reanudar su actividad, se ha llevado a cabo un proceso de recertificación para verificar la seguridad de las aeronaves.
Para ello, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) llevó a cabo 9.5 horas de vuelo a bordo de un avión MAX 7 en Vancouver (Canadá) como vuelo de prueba, requisito para dicha recertificación.
Ahora, analizará la información previo a una reunión de la Junta de Evaluación de Operaciones Conjuntas (JOEB).