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Nereys es una sociedad canaria especialista en prestar servicios de consultoría empresarial y formación. Nació en 2008 gracias a la unión de un grupo de profesionales altamente cualificado y experimentado en distintas actividades empresariales. Esta sinergia profesional configuró un equipo de trabajo multidisciplinar con una capacidad técnica sobresaliente. Por eso, a día de hoy, Nereys se considera una empresa líder del mercado en Canarias, que cuenta con la confianza de una gran cartera de clientes, entre los que se encuentran prestigiosas empresas de muy diversos sectores de actividad.

Nereys presta servicios de implantación de sistemas de gestión según normas internacionales de referencia; formación; gestión de formación bonificada; auditoría y evaluación de la conformidad; asesoramiento técnico empresarial; asesoramiento en control reglamentario industrial; implementación de nuevas tecnologías; gestión recursos humanos; estudios económico-financieros; gestión de subvenciones; gestión de expedientes de clasificación empresarial; gestión de autorizaciones de gestores de residuos.

Hoy, su gerente José Antonio Zamora nos cuenta cómo nació y las principales actividades a las que se dedica Nereys Consultores.

Observatorio de la Calidad de Tenerife (OCATEN): En líneas generales, ¿cuál ha sido su crecimiento principal en el mercado canario?

José Antonio Zamora (JAZ): El mercado canario siempre ha sido nuestro ámbito exclusivo, por lo que lo conocemos muy bien. Hace siete años, cuando comenzó nuestra actividad en las islas, nos dimos cuenta de que existía un escaso nivel de profesionalización en los servicios de consultoría de sistemas de gestión. Pero, sobre todo, existía un problema de localización de estas empresas consultoras: todas provenían de península, lo que suponía un exagerado incremento de precios. Para nosotros esta coyuntura impulsó la necesidad de iniciar el proyecto de Nereys Consultores, que se ha afianzado en poco tiempo como una empresa de consultoría líder en el archipiélago.

Nereys Consultores experimentó un espectacular crecimiento fruto de su filosofía clara de trabajo: profesionalidad, cercanía y capacidad de respuesta.

Nereys posee una gran cartera de clientes que incluye prestigiosas empresas canarias que han conseguido, además de la certificación, mejorar su desempeño, lo que implica un ahorro en costes derivados de una mayor eficiencia productiva.

OCATEN: ¿Podría resumirnos, según la experiencia de su empresa, la evolución del mercado canario referente a la implantación de modelos normalizados de gestión?

JAZ: En el último lustro el mercado de consultoría ha cambiado muchísimo en Canarias. De existir un escaso número de empresas certificadas hemos pasado a una situación en la que lo extraño es encontrar una empresa que no lo esté. La Ley de Contratos del Sector Público impulsó en 2007 la necesidad de incorporar requisitos puntuables en concursos públicos relacionados con la gestión de la calidad y/o medio ambiente. A partir de aquí las certificaciones se han convertido en requisito reglamentario para muchas actividades profesionales o en una oportunidad clara de acceso a nuevos mercados.

Pero también ha cambiado mucho la oferta de servicios profesionales de consultoría: no todas las consultoras son iguales y no todas tienen el mismo nivel de profesionalización. Como en todo, el auge en la demanda de servicios de consultoría ha propiciado la aparición de intrusismo profesional, con lo que conviene asegurarse con qué consultora estamos trabajando para evitar problemas con la auditoría de certificación.

Por otro lado, el mercado de consultoría canario era explotado casi exclusivamente por empresas peninsulares. A día de hoy ya existen empresas canarias con un nivel de profesionalización excelente y de total garantía.

OCATEN: ¿Podría comentarnos, en su andadura en el mundo de la consultoría, de qué proyecto o proyectos se siente más orgulloso?

JAZ: En realidad nos sentimos especialmente orgullosos de todos los servicios de consultoría que prestamos. Al final todas las empresas son distintas y con todas hemos desempeñado un trabajo personalizado. Esta forma de trabajar genera confianza, y por tanto amistad.

Proyectos técnicamente muy exigentes y que han supuesto un reto para nosotros podrían ser, entre otros muchos, Fonteide, Metesa, Clínicas San Roque, Emicela, Proyecto Hombre (CESICA), Aegean, Shell España, Limpiezas Quesada, Asociación San Miguel, Construcciones Ático, etc.

OCATEN: Actualmente, ¿qué valor cree que puede tener las certificaciones para las empresas canarias?

JAZ: Pues quizá este valor haya cambiado en los últimos años. Al principio la certificación tenía sobre todo valores ligados a la exclusividad y la excelencia. A día de hoy estos valores han evolucionado, y desde mi punto de vista deberíamos añadir, además de estos, atributos relacionados con la responsabilidad con la sociedad. Es decir, la gran diversificación que existe en la oferta de servicios y productos (relacionados con la mejora de las comunicaciones y con la globalización) exige a los empresarios un mayor nivel de compromiso con la excelencia, ya que el cliente tiene una capacidad muy superior de comparar y elegir. Actualmente resulta necesario evidenciar que las empresas acometen estrictos controles internos y la mejor forma de hacerlo es sometiéndose a auditorías de certificación acreditadas.

En el pasado la certificación era una opción de diferenciación, reservada a empresas poderosas. A día de hoy es casi una obligación fruto del especial compromiso que los empresarios deben mostrar a sus clientes y a la sociedad en general, cuyo nivel de exigencia es el más elevado de la historia de la humanidad.

OCATEN: En estos momentos, ¿cuáles son las líneas de asesoramiento más demandadas por las empresas canarias en materia de modelos normalizados de gestión?

JAZ: El mercado canario está madurando mucho en este sentido, como también lo está haciendo la gran oferta de referenciales y normas sectoriales publicadas. La globalización obliga a las empresas a adquirir cada vez más compromisos relacionados con la responsabilidad con la sociedad, con los empleados, con el medio ambiente, etc. y ya no sólo con la calidad propiamente dicha, que se da por totalmente asumida por las empresas por un cliente cada vez más formado y exigente.

Modelos o normas relacionadas con la responsabilidad social corporativa (SGE21 o SA8000), la prevención de riesgos laborales (OHSAS 18001), planes de igualdad, seguridad alimentaria (ISO 22000, IFS), son algunos ejemplos de normas cuya implantación está muy demandada y que exigen un alto nivel de cualificación a los consultores.

OCATEN: A su juicio, y en su trayectoria en el mundo de la consultoría, ¿cómo valoraría el avance de la cultura de la calidad en el mundo empresarial?

JAZ: La cultura de la calidad empresarial se ha asimilando muy bien por el empresariado canario, aunque en algunas ocasiones también se ha adulterado, confundiéndose a menudo la “calidad” con un conjunto abultado de papeles de tediosa gestión. La calidad es una cualidad ligada estrechamente a la actitud del empresario y a su enfoque responsable del desempeño de la actividad profesional. El mercado canario también ha sufrido ese cambio en el nivel de exigencia de los clientes. Quien no hubiere asumido la calidad como filosofía de trabajo, desapareció como empresa. Es pura evolución. Por tanto, cada vez hay más empresarios con una contundente filosofía de trabajo enfocada a la calidad.

OCATEN: Si tuviera que convencer a algún directivo sobre la conveniencia de iniciarse el mundo de la gestión de sistemas normalizados, ¿qué tres motivos principales señalaría?

JAZ: Responsabilidad con los clientes, responsabilidad con los trabajadores y responsabilidad con la sociedad.

OCATEN: En este momento, ¿cuáles son los principales obstáculos que pueden frenar el avance hacia la adopción de modelos de gestión normalizados que favorezcan  el camino hacia la excelencia empresarial?  

JAZ: No cabe duda de que la crisis económica es el principal obstáculo, ya no tanto por una cuestión de desembolso económico (que también), sino por una cuestión de incertidumbre en la evolución de la empresa a corto y medio plazo. Aunque esto crea un bucle peligroso: con las actuales dificultades las empresas necesitan prestar servicios de alto valor añadido para permanecer. Huir de una cultura empresarial responsable es anular cualquier expectativa futura de negocio.