Los icónicos autobuses de Londres seguirán siendo rojos, pero a partir de ahora
tendrán un punto más verde. Los nuevos modelos lucen el mismo diseño de siempre,
con estructura de dos pisos, pero llevan una mecánica híbrida que los hace mucho
más limpios: consumen un 34% menos que los actuales y llegan a reducir hasta un
50% las emisiones contaminantes.