Las ayudas agroambientales, que representan 2.500 millones de euros de
gastos anuales de fondos europeos, constituyen una política clave dentro
de la UE que trata de dar respuesta a la creciente demanda social de
servicios medioambientales animando a los agricultores a aplicar métodos
de producción agraria compatibles con la protección y mejora del medio
ambiente.