Las etiquetas que certifican la calidad de los productos son algo
habitual en el mercado europeo pero el sector pesquero pretende ir mucho
más lejos con estos distintivos: hacer ver al consumidor que los
productos del mar han sido obtenidos practicando una pesca sostenible.
La preocupación por el impacto de la actividad extractiva en las
poblaciones de peces y en los ecosistemas marinos es cada vez más
patente entre los consumidores europeos y, por ello, las pesquerías
certificadas como "sostenibles" van en aumento, conscientes de que el
consumo exige normas establecidas y la aplicación de controles muy
estrictos.