La exigencia de un comercio internacional justo se remonta a mitad de la década de los 60. El comercio internacional era importante entonces y lo sigue siendo para nuestro mundo actual. Sin ninguna duda, el comercio, y la otra cara de la moneda, el consumo, son hoy en día dos de los aspectos más relevantes que configuran el mercado y, por consiguiente, nuestra economía y nuestra sociedad.
En este sentido, podemos afirmar que para construir una mejor sociedad necesitamos, junto a otras cuestiones, generar un mercado en el que el comercio y el consumo se concreten y se lleven a cabo a través de una relación justa para todas las partes.