La Región
Autónoma de Madeira, Portugal, se ha convertido en la primera región
europea libre de transgénicos reconocida de forma oficial. Cientos de
regiones y municipios europeos han expresado su deseo de permanecer
libres de transgénicos y muchos de ellos habían legislado al respecto.
Sin embargo, la Comisión Europea se resistía a permitir esta figura
legal.